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Reclutadores de veterinarios promocionan vacantes para graduados en México

A pesar de la acreditación, los exalumnos de la UNAM rara vez buscaban trabajo en el extranjero, hasta hace poco

Published: July 25, 2022
By Edie Lau and Steve Fisher

Foto del servicio de noticias VIN
La Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Nacional Autónoma de México se convirtió en 2011 en la primera, y hasta ahora la única, escuela de veterinaria en América Latina en ser acreditada por el Consejo de Educación de la Asociación Médica Veterinaria Estadounidense (AVMA, por sus siglas en inglés).

Primera de tres partes
This article originally was published in English

El año antes de que la Dra. Mayra Fortozo terminara la carrera de veterinaria en la Universidad Nacional Autónoma de México, el programa se acreditó en los Estados Unidos. Fortozo escuchó algunos rumores al respecto, pero prestó poca atención.

La acreditación del Consejo de Educación de la Asociación Médica Veterinaria Estadounidense (AVMA, por sus siglas en inglés) abrió un camino profesional directo para los graduados de la facultad en la ciudad de México para trabajar en los Estados Unidos o Canadá. Sin embargo, Fortozo planeó practicar en su país natal. Al terminar su licenciatura en medicina veterinaria en 2012, seguido de un título posgrado en medicina y cirugía canina y felina, abrió una clínica en la capital de su país.

Con el tiempo, Fortozo comenzó a sentirse inquieta. Durante una visita a Toronto en 2019, se enamoró del ambiente multicultural de la ciudad, su sensación de seguridad, sus espacios verdes y su ubicación "al lado de un lago tan inmenso que parece mar".

"Sí", pensó, "esa es la ciudad para mí". Al decidir buscar trabajo en la ciudad canadiense, tomó el Examen de Licencia Veterinaria de Norteamérica a finales de 2020 y aprobó la prueba de 360 preguntas en inglés en el primer intento.

En breve

Encontrar trabajo fue más complicado debido a las restricciones de viaje impuestas durante la pandemia de Covid-19. Para no desanimarse, Fortozo respondió a un anuncio en Facebook de una reclutadora de empleo con sede en Canadá.

Un día después de comunicarse, Fortozo recibió una noticia que le cambió la vida: "Hay una empresa que está interesada", le dijo la reclutadora, Elsa García. La empresa, VetStrategy, administra más de 360 consultorios en Canadá. Fortozo superó la entrevista y consiguió un trabajo que le pagaba 10 veces los ingresos de su propio consultorio, ubicado justo donde quería estar: en el centro de Toronto.

Con eso, la doctora de 35 años se convirtió en parte de una pequeña ola potencialmente creciente de exalumnos de la UNAM que se fueron de México en respuesta a la petición sin precedentes en otras partes de Norteamérica para veterinarios. Reclutadores como García, propietaria de Lazos Consulting Inc., ven oportunidades para que más veterinarios como Fortozo trabajen internacionalmente, lo que, según ella, "les abre a un mundo de posibilidades, al mismo tiempo que obtienen una mejor compensación y un estilo de vida más cómodo".

García, una multilingüe natal de México que vive en Toronto, rastrea el auge hasta el comienzo de la pandemia en 2020, cuando aumentó en todo el mundo el pedido para veterinarios. Mientras que la contratación en muchas industrias se desaceleró durante el cierre, los veterinarios, como trabajadores esenciales, siguieron siendo empleados codiciados, un estado que solo se ha solidificado en los últimos dos años. "Estoy luchando por encontrar veterinarios para mis clientes", dijo García.

Karla Hernández tiene una visión amplia de la tendencia. Como directora del centro de empleos de la facultad de veterinaria de la UNAM, ha visto desde 2020 un claro aumento en el interés entre los empleadores internacionales. "Ahorita hay un mayor boom o bombardeo de las empresas de contratar a mexicanos," dice. "Ya se está haciendo la promoción para hacer el NAVLE y algunos se están preparando para estudiar el idioma."

Un vistazo rápido a la página de Facebook que Hernández administra para el programa muestra ofertas de trabajo en las noticias de, por ejemplo, una empresa de reclutamiento en Canadá y un hospital de animales en el Bronx, Nueva York.

Los empleadores y sus agentes están trabajando con Hernández para generar entusiasmo y conciencia de trabajar en los Estados Unidos. La universidad busca apoyar a los estudiantes como sea posible, dijo. "Lo que queremos es que tengamos buenas oportunidades de trabajo".

Segunda parte: Cómo es ir al Norte
Tercera parte: Se requiere tenacidad

Pocos hasta ahora han solicitado licencias internacionales

Hasta ahora, relativamente pocos graduados de la UNAM aprovecharon el estatus acreditado de su facultad para buscar trabajo en los Estados Unidos o Canadá, a juzgar por el número de los que tomaron el NAVLE, un examen requerido para practicar al norte de la frontera. El Consejo Internacional de Evaluación Veterinaria (ICVA, por sus siglas en inglés), que supervisa la prueba, no divulga cuántos egresados de una determinada institución toman el NAVLE, pero la UNAM tiene datos representativos: Los que deseen tomar el examen necesitan una carta de la facultad que confirme su asistencia y año de graduación. Según la universidad, desde 2015 hasta el 12 de mayo, había entregado 125 de esas cartas.

Teniendo en cuenta que 500 a 600 o más se gradúan durante la mayoría de los años, eso es aproximadamente solo el 3%. "No creo que los estudiantes entiendan completamente la bendición que tienen de tener la universidad completamente acreditada", dijo García.

Fortozo, la graduada de 2012, no conoce a nadie más de su clase que haya dejado México para ejercer en otros lugares de Norteamérica. "No hay mucha gente dispuesta a hacer eso", dijo.

"Antes que nada, necesitas tener el idioma", explicó Fortozo. "Creo que es una gran barrera porque se requiere un nivel avanzado de inglés como primer paso para poder solicitar el NAVLE".

Foto cortesía de la Dra. Mayra Fortozo
La Dra. Mayra Fortozo, a la derecha, celebra su graduación en 2012 con uno de sus mejores amigos de la facultad de veterinaria, el Dr. Alfonso Macedo; la Biblioteca Central de la UNAM está detrás de ellos. Actualmente ella trabaja en un consultorio de animales de compañía en Toronto y él en un consultorio equino en la ciudad de México.

García está de acuerdo en que la fluidez en inglés, o francés para aquellos interesados en mudarse a la provincia de Québec, es un problema. Recordó una reunión que tuvo con alrededor de 90 estudiantes, de los cuales calculó que menos de 10 hablaban inglés cómodamente. Ninguno hablaba francés.

La cuota para tomar el NAVLE es otro impedimento. Presentarse para el examen fuera de los Estados Unidos o Canadá cuesta US$1,065, incluyendo un cargo de sitio de prueba internacional de US$345.

El Dr. Rodrigo Cedillo Flores, egresado de la UNAM 2018 que trabaja en Halifax, Nueva Escocia, explicó: "Lamentablemente, no todos los estudiantes tienen el dinero o el apoyo para tener suficiente ingreso".

La escuela reconoce los obstáculos. Hernández dice, "Ya se está haciendo la promoción para tomar el NAVLE. "Unos están preparando el estudiar idioma".

El sector privado también está interviniendo. Esmeralda Lozano es una reclutadora en Staffbridge, con sede en Guadalajara. Desde septiembre, la firma de empleo veterinario ha estado entrenando a los graduados de la UNAM para trabajos en los Estados Unidos, ayudándolos a estudiar para el NAVLE usando pruebas simuladas y brindando clases de inglés, según Lozano. Ella dijo que la empresa está preparada para invertir un año para preparar a cada candidato para el empleo en el extranjero.

Desde enero, la compañía ha entrevistado a 100 postulantes, seleccionando a 20 con las habilidades lingüísticas necesarias para el programa de preparación laboral, dijo. Los candidatos ahora se están preparando para el NAVLE y puliendo su inglés.

Los solicitantes seleccionados serán reembolsados por sus respectivos empleadores por los costos de su examen, visa, y reubicación, según Lozano.

Ella encuentra que el interés entre los graduados de la UNAM es alto porque los salarios en México no se comparan. Dijo que el salario de los veterinarios en México es de alrededor de US$1,000 al mes – con suerte. Los salarios mínimos donde coloca a los solicitantes son US$6,250 mensuales.

García, la reclutadora en Canadá, dijo que a medida que más exalumnos de la UNAM trabajan en el extranjero, sus compañeros en México están expuestos a las posibilidades para ellos mismos. "Van a ver en las redes sociales: 'Oye, estoy en Canadá' o 'Estoy en Texas', 'y tengo mi propia casa. Voy aquí, voy allá', y ellos piensan, "¡Oh!"

Acreditación lograda en medio de controversia

Foto del servicio de noticias VIN
Hospital de Animales Banfield abrió una clínica en el recinto de la UNAM en 2005. Los estudiantes de veterinaria suelen hacer turnos de dos semanas en la práctica de animales de compañía, que está abierta al público.

El hecho de que solo un pequeño porcentaje de los graduados hasta ahora hayan emprendido sus carreras fuera de México desmiente las predicciones hechas cuando se consideraba a la UNAM para la acreditación AVMA. Varios practicantes estadounidenses expresaron su preocupación de que los graduados de la UNAM inundarían el norte, compitiendo por los escasos trabajos.

La economía de la época era muy diferente: el país todavía estaba sintiendo los efectos del colapso del mercado inmobiliario de 2008. Las empresas estaban en espera, en el mejor de los casos. Además, los nuevos graduados de las facultades de veterinaria de Estados Unidos ingresaban a la fuerza laboral con una deuda de seis cifras, mientras que los graduados de la UNAM no tenían ninguna: la matrícula en la universidad pública es prácticamente gratuita. A consecuencia, algunos temían que los graduados de la UNAM superarían a sus compañeros  educados en los Estados Unidos porque podían aceptar trabajos por menos dinero. A la vez, algunos temían que los empleadores sin escrúpulos explotaran a los veterinarios de México ofreciéndoles salarios más bajos. Algunos tenían dudas de que la educación veterinaria en la UNAM fuera comparable a la de los Estados Unidos.

La controversia fue impulsada en parte por el hecho de que el Hospital de Animales Banfield, una de las cadenas de consultoría veterinaria más grandes de los Estados Unidos, con, en opinión de algunos, una reputación despectiva de consultoría rápida, había construido una clínica de animales de compañía en el recinto de la UNAM en 2005. Su alto ejecutivo abogó por la acreditación AVMA de la facultad a la vez que expresaba interés en contratar a sus graduados para trabajos en los Estados Unidos.

La búsqueda de la acreditación tomó muchos años e incluyó un rechazo en 2010. Pero la escuela apeló la decisión, y en marzo de 2011 la UNAM se convirtió en el primer, y hasta ahora único, programa de veterinaria en América Latina en lograr la acreditación del AVMA COE, el único acreditador en los Estados Unidos de facultades de veterinaria.

Educación veterinaria y cultura en México

Conocida desde hace mucho tiempo por atender a estudiantes de todos los niveles de ingresos, la UNAM es una institución financiada con fondos públicos y una de las universidades más competitivas del país, reconocida en toda América Latina. Su facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, uno de alrededor de tres docenas de programas de educación veterinaria en el país, goza de la misma alta estima. Fue fundada en 1853, lo que la convierte en la escuela veterinaria pública más antigua de Norteamérica.

Históricamente, la profesión en México se centró principalmente en los animales de campo. Pero las últimas dos décadas han traído una "gran evolución en el tema de los animales de compañía específicamente en perros y gatos", según la Dra. Claudia Edwards, profesora de bioética y zootecnia de perros y gatos de la UNAM. Haciéndose eco de una declaración hecha en un número creciente de culturas, dijo, "la sociedad está viendo ya a los animales cada vez más como parte de la familia".

Edwards dijo que se produjo un gran cambio en 2017 cuando la ciudad de México, que es un estado, consagró en su constitución a los animales como seres sintientes. El reconocimiento otorga ciertos derechos a los animales, incluyendo el derecho a una vivienda adecuada y el derecho a no ser maltratados.

Eso llevó a los veterinarios a modificar su enfoque del cuidado de los animales. "Por lo que los veterinarios tenemos que cambiar el lenguaje, como los referimos", dijo. "Antes los animales eran vistos como cosas".

También cambió prácticas como la crianza masiva de mascotas. Las clínicas antes también funcionaban como tiendas de mascotas, vendiendo perros, gatos, gallinas, y conejos. Ahora no pasa, dijo: "Las clínicas ya no tienen venta; muchas incluso promueven la adopción".

La carrera de Médico Veterinario Zootecnista (MVZ) de la UNAM es un curso universitario de cinco años abierto a estudiantes directamente de la escuela secundaria. Desde su acreditación en 2011, la UNAM también ha brindado capacitación especializada de posgrado en todo desde perros y gatos hasta animales salvajes y caballos. El programa incluye práctica en siete ranchos, así como en varios hospitales del recinto universitario.

El programa es altamente competitivo. En 2021, menos del 18% de los 7,108 solicitantes fueron aceptados, según cifras de la universidad. El número de solicitudes casi se ha duplicado desde 2005. El programa cuesta por semestre el equivalente a un centavo estadounidense para los ciudadanos mexicanos.

El índice de deserción es alto. En algún momento de su segundo año, muchos estudiantes encuentran que el curso es demasiado difícil y lo abandonan, según el Dr. Alejandro Cervantes, jefe de oncología del hospital de pequeños animales de la UNAM.

"Por ejemplo, inmunología y virología son bien difíciles", dice. "Hay muchos que se meten a la carrera y cuando les meten esas materias se dan cuenta que no es lo suyo". Casi todos los estudiantes que superan los primeros semestres se gradúan, agregó, y la gran mayoría continúa trabajando en clínicas privadas.

Retrospección

Yendo o viniendo, los obstáculos son altos

En una conversación tensa en línea que comenzó poco después de que el programa de la UNAM fuera acreditado en 2011, la Dra. Kate Thompson de Florida estuvo entre los veterinarios estadounidenses que expresaron su preocupación por el posible efecto en el mercado laboral de los Estados Unidos y los nuevos graduados de las escuelas de Estados Unidos.

En un tablero de mensajes de la Red de Información Veterinaria, una comunidad en línea para la profesión y matriz del Servicio de Noticias VIN, Thompson escribió:

"Me preocupa principalmente la avalancha de estudiantes extranjeros que llegan a un mercado con poca o ninguna deuda, compitiendo con estudiantes de universidades de Estados Unidos que he apoyado con el dinero de mis impuestos".

Thompson, en ese entonces dueña de una clínica, agregó: "Todo lo que los dueños de negocios estamos tratando de hacer es evitar que una gran corporación descargue veterinarios mal pagados en el sistema, lo que hará que bajen los salarios".

Algunos estuvieron de acuerdo. Otros rechazaron lo que percibieron como actitudes xenófobas y racistas.

Cuando se le preguntó actualmente qué pensaba, Thompson primero volvió a leer sus publicaciones. "Vaya, yo era picosa en ese entonces", comentó, un poco tímidamente. "No lo soy tanto, 10 años después".

Thompson dijo que está contenta de que el impacto de la acreditación de la UNAM en el mercado de la fuerza laboral veterinaria de los Estados Unidos haya resultado insignificante, pero aún cree en el valor de proteger el mercado para los veterinarios locales. Y está complacida de que los veterinarios que sienten lo mismo hayan transmitido ese mensaje alto y claro a los líderes de la AVMA y su organismo de acreditación, el COE.

De hecho, la cuestión de la acreditación de escuelas extranjeras ocupó la atención de la AVMA durante años, y la insatisfacción de muchos miembros con el COE derivada de ese problema, entre otros, atrajo el escrutinio del Departamento de Educación de los Estados Unidos. Después de que la agencia ordenara al COE que se acercara a sus críticos y recuperara su confianza, la controversia se calmó gradualmente.

El Dr. Juan Miguel García Ripoll, egresado de la UNAM en 1984 y dueño de un hospital para pequeños animales en la ciudad de México, siguió de cerca la polémica.

En ese momento, trató de disipar la ansiedad, diciéndoles a sus homólogos estadounidenses en el foro de mensajes de VIN que no, una avalancha de mexicanos no estaba dispuesta a tomar sus trabajos con salarios más bajos.

Sus palabras se hicieron realidad. "Yo fui el profeta que anuló todos sus miedos", dijo García recientemente en una entrevista.

Incluso considerando el actual mayor interés mutuo entre los empleadores del norte y los graduados de la UNAM, García no prevé que los practicantes mexicanos abandonen el país en masa.

La barrera del idioma es una de las razones; otro, dijo, es el alto nivel de educación en los Estados Unidos donde la medicina veterinaria se enseña en escuelas profesionales a graduados universitarios.

"No veo a la UNAM como exportadora de veterinarios", dijo García. "La UNAM tiene un buen nivel en México pero difícil de competir con las grandes universidades en Estados Unidos".

El Dr. Benjamín Macuil-Rojas, miembro estudiante del VIN cuando se debatió la acreditación de la UNAM, leyó las acaloradas discusiones a medida que se desarrollaban, absteniéndose de unirse a la polémica. Admite hoy que estaba "un poco" ofendido.

"Verás ... muchos médicos hablan de que no seremos buenos [veterinarios]. Bajaremos los salarios de todos los demás. Cuando lees eso, es como, tan cargado y tan difícil que la gente te vea de esa manera cuando ni siquiera te conocen, cuando ni siquiera conocen la escuela", dijo.

El Dr. Paul Pion, presidente y cofundador de VIN, fue un destacado crítico del interés de la AVMA en acreditar escuelas de veterinaria por todo el mundo. El mismo año en que la UNAM fue acreditada, también lo fue la Universidad Ross en el caribe. (No fueron los primeros programas extranjeros en obtener la acreditación AVMA; el primero fue en los Países Bajos en 1973. Hoy, 16 escuelas fuera de los Estados Unidos y Canadá cuentan con la acreditación AVMA).

Al igual que Thompson, Pion dijo que su interés permanente era ayudar a los graduados de las facultades de veterinaria de Estados Unidos a ingresar a un mercado laboral complaciente que, en ese momento, era mucho más flexible. La solicitud de reconocimiento de la UNAM, dijo, se convirtió en un imán para una preocupación más amplia.

Pion dijo que ni siquiera en ese entonces esperaba que la UNAM fuera una fuente de muchos solicitantes de empleo en los Estados Unidos, pero señaló: "Recibimos una avalancha de acreditaciones extranjeras: entre una quinta y una cuarta parte de los nuevos graduados hoy en día provienen de escuelas en el extranjero, incluyendo el caribe. Entonces, nuestra preocupación era que, si parecía que nuestra profesión enfrentaba un exceso de profesionales, lo que afectaría negativamente los salarios y los jóvenes graduados y sus posibilidades de empleo ... entonces, ¿por qué estaban presionando [para acreditar más escuelas]"?

Admitió que no anticipó cómo se desarrollaría el mercado laboral para los veterinarios. Llega el año 2022, y la petición para veterinarios ha alcanzado quizás su punto más alto en la historia.

Macuil-Rojas, quien se graduó de la UNAM el año en que fue acreditada, ahora trabaja en los Estados Unidos — para Banfield. Esa conexión ocurrió al azar. No se estableció ningún conducto, formal o informal, para encaminar a los egresados de la UNAM a la empresa. Teniendo en cuenta el estado actual del mercado, cree que los consultorios estadounidenses en general podrían beneficiarse de una relación más estrecha con la universidad.

"Estos necesitan médicos", dijo Macuil-Rojas, jefe de personal del área que supervisa cinco consultorios de Banfield en el área metropolitana de Phoenix. "Es actualmente una gran crisis".

Los intentos de Noticias VIN de programar entrevistas con veterinarios para este reportaje cuentan la historia. Varios estaban demasiado ocupados con su trabajo para hablar. Un veterinario en Arizona que finalmente encontró tiempo después de algunos intentos explicó: "Soy el único médico en este momento. A veces tengo que cubrir [turnos adicionales]. Solíamos tener cuatro médicos, y ahora solo tenemos uno".

Macuil-Rojas dijo que hay un desajuste entre oferta y demanda en ambos lados de la frontera que podría aliviarse con una mejor coordinación, ayudando a reducir el agotamiento en la profesión.

"Vemos cómo están sufriendo los médicos en este país", dijo sobre los Estados Unidos, y señaló que México tiene más de 30 facultades de veterinaria, incluyendo tres solo en la ciudad de México. "¿Por qué no darle la oportunidad a alguien que lo desee, que pueda hacer un gran trabajo, que pueda ayudar a tantas mascotas como pueda?"

Próximo: Cómo es mudarse al norte


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